Durante mucho tiempo, el PSG se ha blindado contra los rumores sobre Neymar, pero ahora su paciencia habría llegado al límite. Nasser Al-Khelaïfi ha reclamado más implicación a sus estrellas y ha señalado directamente al de Sao Paulo, al que ha pedido que demuestre su compromiso para mejorar los resultados deportivos del equipo y dejar atrás las lesiones y jaleos extradeportivos.

Las negociaciones para su renovación, que arrancaron hace unos meses, se han atascado, y en Francia empieza a sonar con fuerza la posibilidad de un traspaso. De esta forma se acabaría con el presunto malestar del futbolista y de paso el club podría recuperar parte de su inversión, porque ha advertido que de momento no se plantea una salida y varias fuentes aseguran que sólo se estudiaría si llega una oferta contundente.

Aunque no se ha producido una reacción oficial del brasileño, los medios de comunicación afirman que hay mucho movimiento en la capital francesa, y que el baile de agentes ya ha empezado. Curiosamente, una de las figuras clave en su adiós al Parque de los Príncipes sería uno de los principales culpables de su llegada, un Pini Zahavi que participó en la sonada fuga del Camp Nou en 2017, con clausulazo incluido.

No son pocos los pretendientes que van tras el acatante, que tiene LaLiga como máxima preferencia. Aunque Inglaterra e Italia no se descartan, en lo alto de su lista estaría el FC Barcelona, un conjunto al que echa de menos y al que se mantiene vinculado a través de varias amistades entre los 'pesos pesados' de la plantilla. Es su opción número uno, pero esto podría no ser una garantía total.

Según 'L'Équipe', el representante israelí ya habría informado a los azulgrana de la situación de Neymar, pero también habría sondeado al Real Madrid. En los últimos meses, el punta ha optado por no cerrarse puertas, y si un retorno a la Ciudad Condal finalmente no es posible, no haría ascos a una mudanza al Santiago Bernabéu, donde sabe que Florentino Pérez anda loco por contratarle.

El de Neymar no es un fichaje sencillo

Entre exigencias económicas, denuncias cruzadas, relaciones institucionales o salarios, por citar algunos ejemplos, queda claro que el de Neymar no es un fichaje sencillo, pero en el fútbol no existen los imposibles y lo que hasta ahora parecía vetado, ya empieza a ser algo más probable. La marcha del brasileño del PSG ha empezado a tomar forma, y aunque las conversaciones no han hecho más que arrancar, su futuro podría acelerar radicalmente en los próximos meses.