En el mercado de fichajes dentro del mundo del fútbol, la especulación llegó a provocar una impresionante inflación de los precios pagados por los traspasos de los jugadores. Esta subida del valor de los jugadores se llegó a incrementar de forma espectacular durante las últimas temporadas, llegándose a pagar auténticas barbaridades por los jugadores más cotizados.

El fichaje de Neymar por el Paris Saint-Germain acabó de romper el mercado. Fueron 222 millones los que pagó el equipo francés por el jugador que, por aquel entonces, era del FC Barcelona. A partir de ahí, llegaron otras locuras del mercado: Mbappé, Coutinho, Joao Félix, Dembelé, Griezman, Cristiano Ronaldo, Pogba y Hazard superaron la barrera de los 100 millones en traspasos.

Pero la crisis sanitaria provocada por la propagación masiva del coronavirus está destinada a cambiar la historia. En especial, porque todo el deporte ha tenido que parar su calendario habitual y, naturalmente, el fútbol no ha sido una excepción. Los partidos se han dejado de disputar y, con ellos, han desaparecido los ingresos de los clubes en concepto de taquillas o derechos televisivos.

El hecho de que los clubes dejen de ganar dinero con los eventos deportivos está provocando pérdidas multimillonarias para las entidades que, naturalmente, se resentirán mucho a nivel económico. Muchos clubes no podrán pagar a sus futbolistas los multimillonarios contratos que firmaron en su momento y, naturalmente, no podrán afrontar las inversiones astronómicas que se estaban dando en fichajes durante las últimas temporadas.

De hecho, es casi imposible que se repitan operaciones de más de 100 millones de euros como, por ejemplo, las que se dieron el verano pasado en LaLiga: Eden Hazard (al Real Madrid por 130 millones), Antoine Griezmann (al Barça por 135) o Joao Félix (al Atlético de Madrid por 127 millones). Por tanto, todo parece indicar que este verano habrá mucho menos movimiento que el que se había dado en las últimas campañas.

Dos grandes problemas para el Barça

El FC Barcelona tendrá dos graves problemas económicos generados por el parón del fútbol: el primero será pagar los sueldos multimillonarios que hay en la plantilla como, por ejemplo, los de Leo Messi (unos 39 millones de euros anuales) o el de Antoine Griezmann (alrededor de 23 'kilos' por año); en segundo lugar, que posibles ventas como las de Coutinho y Dembélé, que costaron una millonada en su día, deberán ser a bajo coste y no podrán recuperarse las inversiones.