Experiencia, intensidad, pegada, gol y coste cero. Georginio Wijnaldum cubre buena parte de las necesidades marcadas por la cúpula deportiva del FC Barcelona, comandada por Joan Laporta, para reforzar la plantilla de cara a la próxima campaña y elevar así la calidad con garantía de rendimiento inmediato, lo que demanda el barcelonismo.

El mediocampista holandés de 30 años se despidió este domingo del Liverpool mientras fue ovacionado por unos 10.000 aficionados que acudieron a Anfield Road, escenario en el que probablemente vivió su mejor noche como futbolista. Un doblete suyo en el segundo tiempo despachó al Barça (4-0) en la vuelta de semifinales de la Champions League 2018-19.

Haciendo gala de su virtud de medio llegador, anotó el 2-0 y 3-0 del mencionado compromiso mientras que el cuadro dirigido por Ernesto Valverde se tambaleaba. Llevaba apenas 11 minutos sobre el campo cuando ya había marcado nada menos que dos goles al cuadro azulgrana, entrando en el libro de leyendas del equipo ‘red’.

Jürgen Klopp lo había sufrido en su primera campaña en la Premier y pidió su fichaje. Los 11 tantos, uno de ellos al Liverpool, que firmó con la camiseta del Newcastle (primero con Rafa Benítez y luego con Steve McClaren) en su único curso (2015-16) como ‘urraca’, le llevaron a Anfield con pago previo de 30 millones de euros, 10 más de los que había recibido un año antes el PSV.

En Eindhoven se consagró en la Eredivisie la temporada siguiente al Mundial de Brasil, donde rozó la final con su selección de Holanda. Disputó todos los partidos en aquella ‘naranja mecánica’ de Louis van Gaal, e incluso marcó ante el anfitrión, Brasil, (0-3) en la final de consolación. Indudablemente una pieza fundamental en aquella selección.

Gran cabeceador

Su poderoso salto e instinto le ha llevado a anotar hasta 29 goles de cabeza de sus 116 tantos a nivel de clubes. Diestro por naturaleza, solo ha metido siete dianas con la zurda. Fue titular con Klopp en 34 jornadas de la Premier. Jugó más liberado como interior izquierdo para llegar de fuera hacia dentro con Firmino jugando de espaldas muchas veces como ‘9’ y abriendo espacios. Jugó como mediocentro en ausencia de Henderson o como doble pivote con Fabinho en algunos partidos con 4-2-3-1.