Los fichajes para el Barcelona parecen ser tema tabú por la realidad económica que viven, aunque también es cierto que mantenerse en la élite competitiva exige que la plantilla siga estando al máximo nivel y por esto el mercado de invierno tendrá que activarse, algo que parece estar pactado entre Laporta y Xavi.

El nuevo entrenador lo tiene muy claro: hace falta un killer. No tiene que ser una gran promesa o jugador deslumbrante, más bien se apostará por una figura similar a la de Luuk De Jong, delantero de edad considerable y que llegue a préstamo, si es suplente mejor, para que llegue con ganas y sobre todo, salario bajo.

Xavi se decanta más por un extremo que pueda jugar en cualquiera de las zonas de ataque para darle libertad a Dembélé, Ansu Fati y Depay, de momento los teóricos titulares en las demarcaciones ofensivas si en algún momento las lesiones se lo permiten. El banquillo tiene calidad y juventud, pero no para la necesidad.

Yusuf sigue estando corto de experiencia y rodaje, además de los chicos que ya se asoman con Xavi para este nuevo proyecto de club que se arma pensando a futuro. Desde los despachos quieren apurar la salida de los descartes pero a día de hoy, el entrenador sigue sin querer descartar a nadie por completo.

El intercambio también está en las posibilidades del club, que pueden conseguir algún jugador usando como moneda a Coutinho, Umtiti o Lenglet, los que menos minutos parecen tener de cara al futuro con el club pese al cambio de mando. A pesar de las lesiones, solo el ex Sevilla ha tenido algo de participación tanto con Barjuán como con Xavi.

Se contradicen

Por un lado aparece Masip indicando que será difícil, Alemany lo descarta y después el entorno culé habla de llegadas en enero. Pase lo que pase, reforzar el ataque es un asunto capital para el equipo que ya tiene un archivo de candidatos preparado y hasta Catar suena como posible destino para buscar al jugador.