Parece que, desde antes de su salto a la fama, Cristiano Ronaldo ya daba de qué hablar. En esta ocasión, su tutor durante la adolescencia, Leonel Pontes, desveló al diario Expresso algunas polémicas anécdotas del portugués durante los tres años que ejerció como su responsable cuando empezaba a dar sus primeros pasos en el Sporting de Lisboa.

Corría el año 2000 en la casa de Pontes en Madeira, donde tenía una pequeña motocicleta, cuando decidió preguntarle si sabía conducir una y si le apetecía dar un paseo. Ante ello, el joven Cristiano, desde ya con ambiciones y en busca de retos, respondió afirmativamente, por lo que no perdió tiempo en subirse en ella sin hacer uso del casco.

A los pocos minutos de haber echado a andar, Pontes observó cómo el neumático delantero se despegaba del suelo: terminó haciendo un “caballito” elevándose a unos tres metros, mientras arrastraba los pies. Ante ello, se llevó las manos a la cabeza hasta que lo vio perderse en una curva hasta que volvió hacia él muy sonriente. Relata que Cristiano fue un irresponsable y un inconsciente: “Fue un martirio. Nunca voy a olvidar lo que ocurrió”.

Cristiano ya no se arriesga tanto

En la actualidad, los futbolistas profesionales tienen estrictas prohibiciones contractuales sobre ciertas actividades que puedan arriesgar sus óptimas condiciones físicas. El portugués sigue siendo un gran aficionado a ir en dos ruedas, aunque la mantiene de forma muy discreta. En sus redes sociales suele subir algunas imágenes junto a sus coches, pero no con sus motos.

Además, hoy en día es uno de los jugadores más estrictos en lo referente al cuidado de su salud. Desde muy joven, Cristiano fue consciente de su talento, pero sabía que debía trabajar duro si quería llegar al máximo nivel. Una dieta basada en frutas, vegetales y pescado, además de un exigente régimen de ejercicios, forman parte de los hábitos del portugués, que hace algunos meses se recuperó del Covid-19.