Mario Balotelli hace unos años era, sin lugar a dudas, uno de los futbolistas que más expectativas generaba, pues desde muy joven demostró ser un delantero con mucha técnica, velocidad y una pegada muy potente. Sin embargo, luego de varias temporadas llenas de muchos episodios de indisciplina, el presente del italiano es totalmente distinto y se encuentra, desde el pasado 3 de noviembre, entrenando con el Franciacorta, equipo de la cuarta división de Italia. 

Actualmente el delantero de 30 años, quien militó en Inter de Milán, Manchester City, Milán, Liverpool y Niza, entre otros, se halla libre y a la espera de qué le deparará el futuro. No obstante, tal parece que cada vez son menos los conjuntos que están interesados en tener en sus planteles a un jugador como él, ya que su poco compromiso puede ser perjudicial en los vestuarios. 

Balotelli viene de disputar el curso anterior con el Brescia, pero después de varios incidentes entre el futbolista y el cuerpo técnico el club decidió rescindir su contrato y desligarse de cualquier vinculación con el jugador. Sin embargo, la suerte del delantero podría cambiar, pues según medios italianos el delantero estaría siendo pretendido por varios conjuntos de la Serie A, entre ellos el Génova y la Fiorentina y, además, por el Vasco da Gama de la Serie A de Brasil.

El descenso a los infiernos del atacante italiano ha sido uno de los más llamativos de la actualidad, porque pasó de ganar el triplete con el Inter de Milán en 2010, con José Mourinho, y de vestir elásticas de equipos muy importantes como la del City, Milán y Liverpool a deambular sin rumbo ni dirección en las últimas temporadas, hasta llegar a su más reciente experiencia en la Serie A. 

Una luz al final del túnel

Entre las razones que tuvo Balotelli para decidir entrenarse con el Franciacorta es debido a que su entrenador es Cesare Frandelli, técnico con el que logró conseguir una de sus mejores versiones futbolísticas, en la Eurocopa de 2012. En aquella oportunidad “Súper Mario” fue el líder en el ataque y llevó a la final a la Selección Italiana después de marcarle un doblete a Alemania en las semifinales, para luego perder 4-0 contra España en la final.

Por otra parte, Balotelli con el Brescia participó en 19 partidos, en los que pudo marcar en cinco ocasiones. El objetivo de su fichaje era poder pelear durante toda la temporada la permanencia en la primera división, pero su aporte en lo futbolístico se vio muy mermado por su poco compromiso con la institución; una situación que a la postre lo llevaría a estar viviendo el episodio más oscuro de su carrera.