Los ridículos del United facilitaron la fiesta del City en Old Trafford

Este sábado se revivió en la Premier League de Inglaterra uno de los derbis clásicos del mundo del fútbol cuando el Manchester City visitó, en Old Trafford, al Manchester United. Además, fue el reencuentro del astro portugués Cristiano Ronaldo y el entrenador Pep Guardiola, quienes por su pasado en el Real Madrid CF y FC Barcelona, respectivamente, aguardan una particular rivalidad desde hace más de una década y que se mantiene todavía vigente.   

Solo 45 minutos le bastaron a los 'citizens' para imponer condiciones en una primera parte para el olvido por parte de los 'diablos rojos' y que ya pintaba para masacre, como la recibida semanas atrás por parte del Liverpool FC, conjunto que los aplastó con un contundente 0-5, también en condición de local. Los de Ole Gunnar Solskjær recibieron dos goles; uno de Eric Bailly, en propia puerta, y otro del portugués Bernardo Silva, quien aprovechó una imperdonable desatención defensiva.  

Los goles encajados por el United, ha significado que ahora acumulan 14 partidos seguidos sin dejar a cero su portería en casa. El registro es la segunda peor racha del club y van camino de igualar el oscuro récord (21 entre 1958 y 1959). Lo más dramático, es que han sido dos tantos que figurarán, seguramente, en el top de bloopers de los noticiarios de este fin de semana.  

En el minuto siete llegó el primer ridículo para el United. En una jugada larga del City, en la cual la pelota va al área, los locales lograron despejar pero la vuelve a centrar Cancelo y Bailly, en su intento de volver a rechazar, perfora su portería. La segunda macana se la mandó Shaw, quien tenía ventaja sobre Silva, dejó pasar la esférica pensando que se iba por la línea final, pero el portugués sin ángulo mete los tacos y se la coló a un De Gea totalmente sorprendido. Ese fue el 0-2. Así de rápido se sentenció el duelo.

Monólogo del City

La segunda parte fue un monólogo del City. El United se refugió atrás y las incursiones al área rival fueron muy pocas ante un conjunto visitante que se dedicó a conservar y controlar la pelota, pero sin ser punzante como en la primera parte. La más peligrosa fue una Foden, en el 80', que terminó la esférica relamiendo el poste izquierdo de De Gea.