A lo largo de toda la historia del fútbol se han visto muchas jugadas. Algunas son dignas de recordar por su brillantez y por volverse icónicas por parte de los jugadores que las ejecutaron. Entre jugadas brillantes pueden mencionarse muchos de los goles anotados por el delantero del Barcelona, Leo Messi, así como muchos de los goles anotados por Maradona o Pelé en su edad dorada.

Incluso existen ejemplos que marcaron un hito en la historia del deporte rey para quienes las realizaron. El mejor caso puede ser el “Penalti a lo Panenka”, el cual consiste en patear el balón suavemente aprovechando que el guardameta se lanzará a uno de los extremos intentando atrapar el disparo.

Dicha jugada fue realizada por primera vez por el jugador checoslovaco, Antonín Panenka (al cual se le debe el nombre) en la final de la Eurocopa de 1976 durante el final de la prórroga contra Alemania Federal. Sin embargo, así como existen jugadas increíbles y memorables, existen otras terribles, disparatadas e incomprensibles. De hecho, no sería exagerado decir que la que están por ver a continuación podría figurar en un top de este tipo.

La causa, es porque resulta bastante difícil imaginarse una jugada más aparatosa y accidentada que la acontecida este viernes durante el partido entre el Barnsley y el Reading correspondiente a la Championship inglesa (liga menor a la Premier). La jugada en cuestión, ocurrió luego de un saque con las manos del portero del Barnsley, el compañero de su equipo que recibió el esférico cometió un error y terminó dejándoselo a uno de sus rivales quien intentó disparar a hacia la portería. Sin embargo, esto no termino allí.

Difícil de entender

El guardameta del Barnsley no se percató que detrás suyo había un jugador del Reading y éste le llegó por la espalda, aparentemente para intentar controlar el balón que ya había sido disparado a la portería de su rival por uno de sus compañeros. Lo irónico es que en medio de todo ese enredo terminó dándole la oportunidad para repeler el disparo que ya había sido hecho.

Aunque de igual forma pudo haberlo detenido sin muchos problemas, ya que éste no fue hecho con mucha fuerza. Al momento de repeler el balonazo, un tercer jugador del Reading estuvo a casi nada de anotar y logró hacer un disparo con una potencia mucho mayor que el portero del Barnsley no pudo atrapar, pero el mismo le salió desviado.