Ya no es noticia que Zlatan Ibrahimovic cometa una acción excéntrica, ya que prácticamente lo hace una vez al día; no obstante, sigue siendo curioso comentarlo. El delantero sueco, fue el encargado de encarrilar el derbi de Milán y sentenciarlo, para el interés del conjunto dirigido por Stefano Pioli. El partido terminó 2-1 con ambos tantos firmados por Zlatan.

En primera instancia, fue el propio delantero del rossoneri el que provocó un penalti, después de fintar un disparo, dentro del área. Como no podía ser de otra forma 'Ibra' se encargaría de la ejecución del mismo; lo falló, pero el rechace cayó a sus pies y pudo terminar anotando. El segundo, lo anotaría, tres minutos después, tras una buena asistencia, por banda izquierda de Rafael Leao.

A pesar del buen comienzo, a partir del segundo gol de los locales, todas las ocasiones serían para un Inter de Milán, que no fue capaz de voltear el marcador. Rumelu Lukaku, acortó distancias, en el 29, empujando un balón dentro del área. Dos o tres más ocasiones claras tuvo el delantero belga para conseguir el empate, incluso Achraf Hakimi pudo ver puerta con un remate de cabeza, en plancha.

Lo anecdótico del encuentro entre los dos equipos de Milán, fue la batalla en redes que tuvieron sus dos delanteros centro. En primer lugar, Rumelu Lukaku, antes del encuentro que le enfrentaría al equipo de Zlatan Ibrahimovic, se proclamó, a través de un comentario en redes sociales, el monarca de la ciudad milanesa. Poco después tuvo que comerse sus palabras.

Pues, ni corto ni perezoso, el exjugador del FC Barcelona respondió, con una imagen en su perfil oficial de Instagram, al delantero nerazzurri. "Milán nunca tuvo un rey, tiene un Dios", comentó, acompañando una fotografía celebrando uno de los tantos conseguidos y, evidentemente, refiriéndose a sí mismo.

El increíble caso de 'Benjamin Zlatan'

Más allá de la polémica que genere el atacante sueco en redes sociales, ha demostrado tener un nivel de forma excelente, a sus 39 años. Después de regresar de su etapa en la MLS de Estados Unidos, donde muchos pensarían que terminaría su carrera futbolística, volvió al AC Milán, a demostrar a todos que todavía tenía el nivel necesario para ser un delantero 'top' en la Serie A, y para callar muchas bocas.