El desorden táctico saca la peor cara del Barça en años

Tras caer derrotado en LaLiga, el FC Barcelona repitió disgusto en Champions, ya que no pudo pasar del empate ante el Slavia de Praga. Los catalanes partían como favoritos pero los checos confirmaron, esta vez en el Camp Nou -ya avisaron en el Sinobo Stadium-, que están en crisis, ya que siguen sin ofrecer su habitual buen juego y eso está repercutiendo en sus resultados, irregulares en un inicio de curso que ha hecho saltar todas las alarmas.

En la búsqueda de soluciones a su mal momento los culés deben reparar en el desorden táctico que les convierte en un conjunto demasiado frágil, que ya se ha llevado sorpresas de varios adversarios de menor nivel. Con respeto a todos y teniendo en cuenta que los tropiezos también tuvieron mucho mérito de sus oponentes, hay que señalar que los errores propios son un lastre que hay que soltar para avanzar en la siempre exigente lucha por los títulos.

El equipo firme y solvente que proponía Ernesto Valverde se ha deshecho como un azucarillo, y eso que en sus primeros meses en la Ciudad Condal, al preparador extremeño se le acusaba de ser demasiado conservador. Aquella apuesta partía de una buena defensa para rematar con uno de los mejores ataques del planeta, pero esta, sea con un 4-3-3 clásico o en ocasiones incluso con el 4-2-3-1, está marcada por un peligroso descontrol.

La ofensiva barcelonista se reduce a algunos chispazos, y el balance defensivo es caótico. A pesar de probar a jugadores distintos -con Frenkie de Jong y Arthur no basta-, la medular se rompe partido tras partido, lo que provoca que la delantera quede reducida a la eterna calidad de Leo Messi, a los fogonazos del desgastado Luis Suárez y a las intervenciones esporádicas de otros protagonistas, llámense Ansu Fati, Antoine Griezmann, Ousmane Dembélé o Carles Pérez.

Y las reclamaciones de Marc-André ter Stegen están más que justificadas, porque ver a los cracks correr hacia atrás empieza a rozar el drama. No se ocupan bien los espacios, no existe la compenetración entre futbolistas y eso provoca que montar una contra sea muy fácil, y que casi siempre existan inferioridad numérica y huecos por todos lados. Ni siquiera en estático se está defendiendo bien, porque muchos goles han llegado a raíz de las combinaciones que los rivales realizan en la frontal del área, una zona que no cubren ni los zagueros ni los centrocampistas.

Valverde y la plantilla necesitan una charla urgente

La respuesta a tantas dudas debe ser compartida entre la plantilla y el propio Valverde, a quien más de una vez se ha visto peligrosamente falto de respuestas. O grita ante la falta de decisión de sus estrellas o se contagia del sopor general, pero no consigue corregir a un equipo que, o no está ejecutando el guion escrito, o interpreta una estrategia que no le hace funcionar. En cualquier caso, el repaso táctico ha dejado de ser un consejo para convertirse en una imperante necesidad.