Antoine Griezmann se busca, pero no se encuentra. A excepción de alguna buena actuación aislada -especialmente la del Barça-Betis- el atacante galo no acaba de explotar su mejor nivel de rendimiento en el FC Barcelona y este miércoles, contra el Inter de Milán, fue la pieza más floja del tridente ofensivo. Leo Messi y Luis Suárez rindieron a buen nivel y fraguaron las jugadas de los goles, mientras que Griezmann pasó más desapercibido.

Empezó con ganas, eso sí, regalando a Arthur Melo un pase de espuela y protagonizando un disparo desde la frontal del área, nada peligroso para Handanovic. Estuvo intenso en la presión de balón, tanto que vio una cartulina amarilla por una entrada por detrás a Barella. En el segundo tiempo tuvo una ocasión clara, algo escorado en la izquierda del área, pero su disparo se marchó desviado.

Con el paso de los minutos su aportación fue disminuyendo, al tiempo que Leo Messi y Luis Suárez crecían. Ernesto Valverde decidió cambiarle en el minuto 66 para colocar en su puesto a Ousmane Dembélé, quien en los minutos que permaneció sobre el campo mostró más verticalidad que su compatriota.

De la 'MSG' que los medios de comunicación han ido anunciando desde el verano, la 'G' no acaba de arrancar. Por ahora no hay preocupación en el club, y el jugador siempre ha dejado claro que se muestra positivo y optimista, consciente de que todo forma parte de un proceso de adaptación que será más largo o más corto, pero que es notorio teniendo en cuenta que jugaba radicalmente diferente en el Atlético de Madrid.

Griezmann no quiere ser el nuevo Coutinho

Habrá que ver si Griezmann se va soltando algo más en los próximos partidos, si asimila conceptos y se aprende de memoria los movimientos de sus compañeros, para así entrar en sincronía con ellos y aprovecharse de su calidad para realizar grandes actuaciones. La calidad la tiene, de eso no hay ninguna duda. Es una estrella consagrada, pero le falta acabar de despegar.

A medida que avance la temporada 2019-20, veremos si fue un acierto o no pagar 120 millones de euros al Atlético de Madrid por sus servicios. A sus 28 años, está comprometido con el club y decidido a seguir mejorando. Pese a levantar cierto escepticismo entre la afición, aún tiene margen. Poco a poco, debe ir aprovechando sus oportunidades para que no le ocurra lo mismo que a Coutinho.