No son tiempos fáciles para Messi. El argentino, que a finales del pasado verano estuvo a punto de irse del FC Barcelona, está viviendo una temporada repleta de incertidumbre en lo que a su futuro se refiere y, en el campo de juego, con muchísimas dificultades para encontrar la regularidad de cara a puerta. Sigue siendo el mejor del mundo y la piedra filosofal del equipo, pero sus goles, asistencias y acierto escasean en comparación con todos los cursos anteriores.

Uno de los aspectos que no hace mucho era una de sus grandes especialidades, los lanzamientos de falta directa, son la clara prueba de que el '10' ya no es el mismo. Y es que, de los últimos 66 libres directos que ha chutado Messi contra la portería rival, sólo uno ha perforado las mallas. O lo que es lo mismo: acumula nada menos que 65 faltas seguidas sin marcar.

Su último gol de libre directo fue el 17 de julio de este mismo año 2020 ante Osasuna, la temporada pasada. Hasta esta nueva campaña, la efectividad de Messi era indiscutible en este tipo de acciones y los rivales temían hacer falta a un jugador del Barça al borde del área propia. Pero ahora, incluso desde el entorno culé se empieza a poner de relieve su falta de acierto, en una mala racha que sigue alargándose partido tras partido.

Desde algunos sectores de la afición culé se pide incluso que ceda alguna falta a compañeros como Griezmann y Coutinho, quienes en sus equipos anteriores ya hicieron gala de ser buenos lanzadores, o incluso Pjanic para acciones de estrategia, al ser el antiguo lanzador de la Juventus.

Messi lo sigue tirando todo

El caso es que, de momento, Messi sigue tirando todas las faltas al borde del área, sea cual sea el perfil, y continúa acumulando fallo tras fallo. El bajón de confianza derivado de los continuos errores en las faltas directas ha provocado que sus lanzamientos no solo salgan más desviados, sino también más flojos cuando al fin supera la barrera y el disparo no se marcha por encima de los palos.

Se trata de una mera cuestión de confianza, y cuando vuelva a marcar de falta directa seguro que, después, no tardará tanto en volver a firmar auténticas obras de arte de esa manera. Puede que también influya, por contra, el hecho de estar menos motivado que otros años, al haberse quedado obligado en Can Barça cuando su deseo, a finales del pasado verano, era el de hacer las maletas.