Leo Messi, más solo que nunca en un Barça a la deriva

Leo Messi, solo ante el peligro. Esa es la sensación que transmite el FC Barcelona en la presente temporada, en la que Ousmane Dembélé ha empeorado en un problema con las lesiones que ya era grave y en el que Luis Suárez ha tenido que ser intervenido del menisco a media temporada, dejando al equipo sin especialista de área. Sin el francés ni el uruguayo, Messi parece el único capaz de marcar las diferencias.

Se evidencia en cada partido contra un equipo grande y el Clásico del pasado domingo no fue una excepción. Incluso en el primer tiempo, en el que el Barça jugó a un buen nivel, se vio a la mayoría de jugadores culés temerosos de probar de hacer algo distinto a pasársela a Leo para que este sacase al equipo del apuro. Como siempre, jugadas claras de tiro que acabaron incomprensiblemente abortadas por por los propios jugadores culés, que buscaban a Messi para que solucionase la papeleta.

Esta sensación ya se tenía la pasada temporada, pero los fichajes de Frenkie de Jong y de Antoine Griezmann no parecen haber solucionado nada. El holandés, con una expectativa y un rendimiento inicial sobredimensionados, parece temeroso de arriesgarse a lucir su verdadera calidad. El francés, por su parte, no está aportando ninguna de las dos calidades que se le presuponían: gol y creatividad.

De hecho, en el Clásico, tuvo que ser Martin Braithwaite, con un par de chispazos, el que relanzara al equipo para sacarlo de la cueva en la que el Real Madrid​ le había encerrado. Y, a todo ello, un Leo Messi que cada vez parece más agotado de tener que salvar a su equipo sin encontrar a socios con los que compartir responsabilidad. Todo recae sobre él, y hay veces que ni con su talento basta.

Messi necesita 'amigos'

Desde la marcha de Neymar, Leo Messi está mandando implícitos mensajes de SOS para que el club le busque socios de peso en el equipo. No lo fueron ni Dembélé, castigado por las lesiones, ni, Philippe Coutinho, que no dio la talla. Tampoco parece serlo Griezmann, que parece que cuando vino procedente del Metropolitano se olvidó de meter su liderazgo en la maleta.

A todo ello, el barcelonismo sigue esperando algún acierto de la directiva en lo deportivo. Un acierto que haga que no solamente Messi tenga que ser al que saque al equipo de los apuros. El argentino tiene 32 años, su carrera no durará muchos más y hay una evidente sensación de estar aprovechando los años del mejor futbolista de la historia para reinar en Europa.