Ronald Koeman, llegó a Barcelona para traer aire fresco y nuevas ideas que ayudaran al club a dar un salto de calidad de cara a la temporada que recién comienza. Uno de los aspectos que mejor valora Lionel Messi de su nuevo técnico, es la preparación física que está llevando a cabo con el equipo. En los primeros encuentros de LaLiga los jugadores han notado el cambio respecto al año pasado.

El FC Barcelona vuelve a tener fuerzas para acosar al rival después de perder la posesión desde el primer minuto y después de la primera presión, replegar rápido. El gran ejemplo de esta mejora, a nivel físico, es el pasado encuentro en Balaídos. El Barça llegó con gasolina de sobra al minuto 95, y solventó sin problemas un partido que pudo ponerse complicado con la expulsión de Lenglet.

Ronald Koeman, al aterrizar en Barcelona, decidió retomar el contacto con Albert Roca y contratarlo como preparador físico. Precisamente, fue el mismo miembro del cuadro técnico, el que cumplió con esa tarea en el Barça de Rijkaard. El entrenador de guardametas, Henrik Larsson, exjugador del FC Barcelona de esa época, le habló muy bien de su labor y no dudó en contar con él.

Lionel está cansado de no competir por los títulos más importantes, como ante hacía el Barça. Ya lo advirtió en la entrevista en la que aseguraba que seguiría un año más en el club: "No hay proyecto ni hay nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros a medida que van pasando las cosas". Parece que, a pesar de sus palabras, el argentino cada vez está más conforme con el planteamiento de Koeman.

De hecho, uno de los jugadores que ha mejorado su nivel de forma física, de manera evidente, es el propio Lionel Messi. Ya no queda nada de aquel Messi que se quedaba descolgado junto a Luis Suárez. En Balaídos, a pesar del vendaval, el rosarino no se cansó de perseguir el balón y de encarar con peligro. Incluso en la jugada del último gol, es el propio Leo el que genera la ocasión tras una jugada individual en el minuto 95.

Las exigencias físicas del fútbol moderno

Aunque algunos no quieran asumirlo, el noble deporte del fútbol ha cambiado mucho desde que Pep Guardiola ganó el primer triplete con el Barça, hace más de 10 años. El fútbol moderno exige potencia física, ya no vale solo con la calidad táctica y técnica de los jugadores. Solo hay que ver al Bayern Múnich, el equipo más dominante del mundo, que basa su juego en la capacidad física de los jugadores.