En el fútbol, todo puede cambiar de un día para otro e Ivan Rakitic parece que lo ha podido aprender en pocos meses. El centrocampista croata está teniendo en este 2019 tal vez el año más agitado e inexplicable de toda su carrera deportiva, por la cantidad de giros que ha dado su situación como futbolista del FC Barcelona.

Hasta el pasado verano, el croata era un jugador indiscutible, fundamental en los planes de Ernesto Valverde justo después de haberlo sido también en los de Luis Enrique. De hecho, Rakitic ha sido, durante las dos primeras temporadas del Txingurri en el banquillo culé, uno de los jugadores con más minutos, con el permiso de Marc-André ter Stegen.

Pero algo cambió hace unos meses y, tras el inicio de LaLiga, Rakitic pasó al ostracismo. Valverde hizo indiscutible a Frenkie de Jong al lado de Sergio Busquets y optó por acompañar a ambos con Arthur Melo o Arturo Vidal, siendo el croata un futbolista que apenas tenía minutos, acumulando una sola titularidad en los tres primeros meses.

Entonces llegó el decisivo partido en el que el FC Barcelona recibía al Borussia Dortmund en el Camp Nou con el pase a octavos de final de la Champions League en juego y Valverde, sorprendentemente, optó por devolverle la titularidad a Rakitic. Desde entonces, el croata ha sido titular en todos los partidos y el equipo ha jugado el mejor fútbol de la temporada, algo que hace complicado volver a sentarle.

Rakitic, intransferible

Curiosamente, Rakitic había reconocido semanas atrás su tristeza por haber perdido su rol de actor principal en el FC Barcelona. En ese momento, el club estudiaba seriamente su posible marcha en caso de que llegase una oferta importante y el croata, pese a que siempre afirmó estar a gusato en el Camp Nou, ya no negaba su posible marcha en un futuro cercano.

Ahora, sin embargo, la situación es muy distinta. Rakitic parece haber recuperado su posición de titular en el Barça y, en estas condiciones, un traspaso ni siquiera se contempla. El equipo ha practicado su mejor fútbol con él sobre el terreno de juego y ahora se ve como el socio perfecto para De Jong y Busquets.