El FC Barcelona demostró este sábado, en la primera mitad contra el Mallorca, que ha regresado del confinamiento plenamente motivado para conquistar LaLiga Santander 2019-20. Las sensaciones positivas no tardaron en transmitirse sobre el césped, y después de que Arturo Vidal encarrilase el marcador a los dos minutos de juego, fue otro 'tapado' el encargado de duplicar la ventaja antes del descanso.

El turno le llegó esta vez a Martin Braithwaite, quien se encontró con un balón dividido en el interior del área para pulverizar a Manolo Reina. Leo Messi fue quien le asistió con un toque sutil de cabeza, cuando quizá lo que quería era controlar, y Braithwaite no dudó a la hora de armar la pierna rápidamente y perforar la portería local con un disparo potente y elevado.

El segundo gol del partido fue un jarro de agua fría para el Mallorca, que había protagonizado algunos acercamientos peligrosos de las botas de Take Kubo y Budimir, los jugadores más inspirados en ataque por parte bermellona. Braithwaite desbarató las esperanzas de empate del Mallorca, y su gol en el minuto 37 provocó que los jugadores de ambos equipos se marcharan con 0-2 al descanso.

Recompensa para un Braithwaite que ya había estado muy cerca del gol en sus primeros partidos como culé, y que no quiso celebrar con demasiada efusividad la diana quizá por las medidas recomendadas por LaLiga, con el objetivo de limitar el contacto entre los jugadores.

Quique Setién aguantó a Braithwaite en el once

El danés, sea como sea, estará más que satisfecho con su aportación en el Mallorca-Barça, dado que estuvo muy participativo en las combinaciones ofensivas y supo entenderse con Leo Messi, Jordi Alba, De Jong, Griezmann y compañía. Este primer gol como azulgrana podría darle más confianza, si cabe, para que vuelva a ver puerta en las próximas citas ligueras.

Dado que no podrá jugar en Champions League, sus minutos en LaLiga seguirán llegando mientras mantenga el nivel de rendimiento y motivación. Este sábado, de hecho, fue Griezmann y no Braithwaite quien se marchó a los vestuarios para dejar su sitio a Luis Suárez, quien regresó cinco meses después. Braithwaite ya lo había dicho hace unas semanas: "Tengo ganas de jugar al lado de Luis". Otro sueño cumplido.