BartOUTmeu... ¿Por qué no dimitió antes?

Reelegido presidente en 2015 tras haberse conseguido un histórico triplete, Bartomeu se marcha por la puerta de atrás dejando un club hundido económicamente (la plantilla más cara del mundo y regalando jugadores para poder cuadrar salarios) socialmente (ruptura de la masa social y directiva con más dimisiones internas de la historia reciente) y deportivamente (temporada en blanco 12 años después y con la espantada de Messi con un burofax).

Saltaba la noticia el martes por la noche y no era por la disputa de la jornada de la Champions League, sino por la dimisión del ya ex presidente del FC Barcelona. Con un panorama complicado por delante, sin candidatos interesantes por el momento y con muchas incógnitas de cómo serán las futuras elecciones, lo que si se sabe es que esta junta ya no podrá empeorar más el club.

El tiempo colocará en su justa posición a este equipo directivo y su mandato pero por ahora y visto cómo se ha gestionado todo, tiene números de encabezar la pésima lista de peor junta gestora de la historia del club. Su cabeza visible, el presidente, llegó por los diferentes acontecimientos que se fueron sucediendo en el club, con Laporta, Rosell… cosa que hacía presagiar que si había llegado de esa forma a poder optar a la presidencia del club más importante, era un indicativo a valorar.

Lo fácil y sencillo sería comenzar a criticar cada uno de los errores que han ido transcurriendo en el deambular de las temporadas (los hay y muchos) pero ahora que ya ha terminado todo, lo mejor es despedirle y darle las gracias por lo bueno (algo habrá) que haya gestionado por la entidad. Se ha de saber llegar e irse, siempre con la cabeza alta y asumiendo lo que ha sucedido. El nuevo presidente vivirá en un septiembre continuo, como cuando los que pasamos la treintena hacíamos si no nos habíamos esforzado lo suficiente durante el curso escolar, teniendo que recuperar todo lo suspendido en septiembre.

Sobre la mesa tendrá muchas materias que se tendrán que ir solucionando: el contrato de Messi, gestionar la masa salarial, recuperar el espíritu de equipo competitivo, reavivar a las secciones del club, el tema del nuevo estadio, el nuevo Palau Blaugrana, la Superliga europea y un largo etcétera. Solo dejaré un comentario más sobre Bartomeu el cual considero que la mayoría de aficionados y seguidores culés le habrían comentado en su última rueda de prensa: ¿Por qué no ha dimitido antes?

¿El nuevo presidente hará que Koeman tenga que irse?

Con unas inminentes y necesarias elecciones en la parroquia blaugrana, una cuestión pulula en el ideario culé: ¿con el nuevo presidente, toca otro cambio de entrenador, sistema y propuesta deportiva? ¿Con los brotes verdes que ha mostrado Ronald Koeman (más presión, más verticalidad, reactivar a Messi, Coutinho…) se le dejará continuar su obra? Muchas preguntas y pocas respuestas.