Estamos a unas dos semanas del cierre de mercado (último día el 5 de octubre) y lo que tenía que ser la gran revolución, el nuevo proyecto, el cambio de plantilla prometido por la junta directiva del FC Barcelona, por ahora ha significado únicamente la salida de un jugador veterano, que no contaba para el actual técnico Ronald Koeman y al triste precio de 1,5 millones de euros.

Sabemos que están las variables para poder llegar a los 11 millones de euros por la venta de Ivan Rakitic... ¿Pero acaso el Sevilla ganará LaLiga? ¿Y la Champions League? Señoras y señores, negociar con el Barcelona en la actualidad es como jugar al monopoly con los sobrinos pequeños.

En dos semanas pueden pasar muchas cosas, claro está, pero después del ridículo 2-8 contra el Bayern de Múnich en la última edición de la Champions League, seguramente el seguidor blaugrana esperaba algo más. Y sobre todo, una mayor velocidad en la llegada de cambios sustanciales, más allá del aterrizaje de Ronald Koeman, la marcha de Rakitic y el circo de Leo Messi.

Otra temporada más con la misma plantilla, con la diferencia que un año mayor. Misma junta directiva y mismo proyecto (si es que lo hay). Si no prospera la moción de censura y el presidente abandona el navío antes de que acabe de hundirse del todo, todo indica que, por muchos esfuerzos que haga el técnico holandés, una temporada más aspiraremos a lo que quiera o pueda hacer Messi.

Para quien quiera pensar en positivo...

Habrá quien todavía quiera ser optimista, así que hagamos entonces un esfuerzo: restan 15 días y, con la capacidad de liderazgo y excelencia que ha mostrado durante su mandato este equipo presidencial, cuando finalice el mercado de fichajes estaremos ante la mejor operación salida de la historia del equipo catalán. 15 días para solucionar todos los traspasos y cesiones pendientes, así como el capítulo de llegadas. Todo tiene solución...

¿O existe algún culé que no confíe en Bartomeu? Mejor no respondan.