El FC Barcelona afrontó este sábado el primer partido de pretemporada 2020-21 en el Estadi Johan Cruyff, ante el Gimnástic de Tarragona, con la voluntad de que sus jugadores fuesen cogiendo poco a poco el ritmo competitivo. Ronald Koeman alineó un once de lo más competitivo con Neto en la portería; Roberto, Piqué, Lenglet y Alba atrás; Busquets, Pedri y Aleñá en la medular; y Messi, Dembélé y Griezmann en ataque.

Una alineación que bien podría ganar a cualquier equipo de Europa en condiciones normales, y que sin demasiado esfuerzo empezó a decantar desde bien pronto el signo del partido contra el Nástic. Y es que, tras una buena 'dejada' de Pedri y un mal intento de despeje del Nástic, Dembélé recibió completamente solo en el área pequeña y se bastó de la ayuda de un defensor, que desvió su disparo, para abrir la cuenta goleadora.

Primera diana de la pretemporada 2020-21 para el Barcelona, y hecho importante que caiga en la cuenta de 'Dembouz'. Sin duda le dará confianza de cara al futuro, teniendo en cuenta que llevaba 290 días sin jugar un partido con la camiseta azulgrana debido a las dos lesiones de gravedad que sufrió el pasado curso. La diana inicial llegó en el minuto 5, y lo cierto es que la segunda no tardó mucho más.

En el 17' de juego, el FC Barcelona sacó un córner desde la izquierda y Gerard Piqué fue agarrado de forma descarada de la camiseta por un defensor del Nástic. El central catalán acabó cayendo al suelo y el colegiado, sin VAR, no dudó a la hora de pitar la pena máxima. Leo Messi prefirió ceder galones y confianza a sus compañeros en vez de cobrar él mismo el tiro, así que tendió la pelota a Griezmann.

Penalti para la confianza de Griezmann

Cabe tener en cuenta que 'Grizi' acumulaba tres penaltis fallados de forma consecutiva con la selección de Francia. Desconocemos si Messi tenía conocimiento de ello, pero el caso es que cedió el tiro desde los once metros al francés y éste no falló, engañando a la perfección al portero rival.

2-0 en el marcador y partido de lo más plácido para un FC Barcelona que dominó de principio a fin la primera media hora, hasta que en el 30' un atacante del Nástic, Bonilla, firmó un auténtico golazo desde fuera del área para reducir distancias. Con la pierna izquierda y un gran efecto hacia afuera, los visitantes dieron un toque de atención necesario al Barça para seguir trabajando en mejorar. Neto, que hizo la estatua, poco podía hacer para evitar el gol en contra.