Antoine Griezmann estaba formando un gran debate entorno a cual es su posición ideal en el campo. Tras varios partidos en los que no hemos podido disfrutar de la mejor versión del atacante del Barça, Didier Deschamps incluso intentó ubicarlo, sin demasiado éxito, de interior, para intentar que el jugador participara más en la creación de las jugadas, una estrategia psicológica, según Giresse.

No necesitó mucho tiempo el 'Principito' para demostrar, de la mejor de las formas, que no era necesario ningún debate. Sobre el minuto ocho del encuentro de la UEFA Nations League, ante Croacia, el delantero francés conectaba un potentísimo disparo que impactaba en el travesaño y se introducía dentro de la portería de Livakovic, tras recoger un balón rechazado por la zaga después de un centro de Ferland Mendy.

Es innegable que 'Grizi' se transforma cuando se pone la elástica del gallo. Esta vez, el seleccionador galo lo ha ubicado en una posición más cercana a su zona de actuación, cerca de los delanteros, Kylian Mbappé y Anthony Martial, con libertad de movimientos y no encorsetado en una banda derecha que se le queda pequeña, como en el FC Barcelona de Koeman.

El encuentro era más que un partido de la Liga de Naciones; de hecho, era una réplica del partido que pudimos vivir, hace unos años, en Rusia, en la Final del Mundial, que terminó ganando Francia, goleando 4-1 en la gran final. Como en aquel partido, sin mucho esfuerzo, los 'bleus' conseguían dominar el partido sin muchos esfuerzos durante los primeros 45 minutos.

Mbappé sentencia un partido que se animó en la segunda parte

En la segundo parte los croatas no salieron a 'vérselas venir', como diría alguno. Con garra y actitud consiguieron dominar los primeros impases de la reanudación e incluso consiguieron, en el minuto 64, igualar el marcador gracias al tanto de Vlasic, tras una buena jugada colectiva. El combinado croata se adueñó del mediocampo y fue superior a una Francia sin ganas.

Lamentablemente, para Croacia, en el 76', llegaría el cambio de un jugador que revolucionaría el partido: Paul Pogba. la entrada del centrocampista del Manchester United fue un respiro para los galos que, tras un muy buen pase del propio Pogba, conseguía hacer llegar el balón a Lucas Digne, que, al primer toque, asistía a Mbappé, que hizo un encuentro bastante gris, para poner el 1-2 en el marcador.