El pasado mes de enero, el FC Barcelona decidió cesar a Ernesto Valverde para convertir a Quique Setién en el nuevo entrenador del FC Barcelona. El técnico cántabro, que no había ganado títulos ni había dirigido equipos de la élite europea, fue el elegido por su filosofía de juego, que cuadraba perfectamente con el ADN que hay en el club catalán desde la época de Johan Cruyff.

Desde ese momento, Quique Setién empezó a probar varios sistemas de juego. Comenzó con un 3-5-2 parecido al que le había funcionado con el Real Betis, pero tras unos cuantos pinchazos iniciales del FC Barcelona, el cántabro desistió. Fue entonces cuando empezó a apostar por el 4-3-3 para que no hubiese un cambio demasiado significativo para el equipo a mitad de temporada y, aunque mejoró algo el juego, tampoco convencía.

Tras el confinamiento, Quique Setién dio continuidad a ese 4-3-3, pero ni el juego ni los resultados apoyaron que el cántabro siguiese empleando dicho esquema, por lo que probó con el 4-4-2 ante el Atlético de Madrid, sin mejor suerte. El gran cambio con mejoría de juego llegó en el Estadio de la Cerámica, contra el Villarreal, con un 4-3-1-2 que convenció, y mucho.

No obstante, contra el RCD Espanyol volvió a quedar demostrado que, si el rival no ofrece espacios, ni con ese novedodo sistema se pueden generar espacios. Es por ello que tal vez habría que estudiarse la posibilidad de emplear un 4-2-3-1, un esquema que Quique Setién ya quiso probar ante el propio equipo blanquiazul pero que solamente duró cuatro minutos por la expulsión de Ansu Fati.

Un esquema que se adaptaría como un guante al FC Barcelona

Precisamente ese sistema podría funcionar muy bien dependiendo del partido o del rival, porque generaría un gran equilibrio en el equipo. En primer lugar, permitiría a Frenkie de Jong recuperar su posición natural en un doble pivote al lado de Sergio Busquets. Además, abriría el campo con Ansu Fati, daría libertad a Leo Messi y centraría la posición de Luis Suárez y Antoine Griezmann, que podrían formar una gran sociedad.

En algunas encuestas de medios de comunicación catalanes, el barcelonismo ha dejado claro que este 4-2-3-1 le parecería una gran opción. Por el tipo de jugadores que tiene la plantilla del FC Barcelona, este dibujo táctico se adaptaría perfectamente al equipo. LA alternativa podría tener continuidad en los siguientes partidos para probarse de cara a la Champions League.