Ibrahim Afellay fue uno de esos jugadores que aparecieron en el panorama del mundo para hipnotizar a todos, esperando la explosión de una gran estrella que jamás llegó y aunque pudo pasar por un Barcelona pletórico, poco hizo entre lesiones y un rendimiento muy por debajo de lo esperado.

Pero no solo se trata de recuperación y pelota, porque la vida de un futbolista depende mucho de la estabilidad emocional que pueda tener y en eso influye todo, incluso la alimentación, algo que en silencio también afectaba al holandés que jamás pudo alcanzar la cima de su promesa como talento, ni en el Barcelona ni en otro club.

"Tuve bastantes problemas con las comidas, no podía tragarme los alimentos antes de los partidos. Muy difícil, pero me obligué a comer. Realmente fue muy duro para mí. Otros muchachos están un poco más ocupados el día antes del partido. Y en el vestuario, justo antes del partido, piensas: ¿ha muerto alguien de su familia o algo así?", recogió el diario Marca.

Una línea parecida a la que se vivió en su momento con Messi, que también se le vio afectado estomacalmente en el campo hasta el punto de vomitar, algo que el propio Afellay recuerda bien y al mismo tiempo, relaciona con la presión que vive el argentino, una que ningún otro jugador podría entender.

"Por supuesto que pude experimentarlo de cerca con Messi. La presión era tan grande que a menudo, justo antes de salir, vomitaba en el baño. Y a veces lo veías en el juego, justo antes del inicio", aclaró el holandés según el citado medio anteriormente.

Alimentación como punto clave

Messi en su momento optó por someterse a una rutina de alimentación distinta y estricta, una que tenía más impacto que solo en lo deportivo, porque su propia vida personal se vio alterada por este detalle y en el campo, el crecimiento fue notable.