Como no podía ser de otra manera, el partido contra el Real Madrid estaba marcado en el calendario del FC Barcelona como un encuentro de alta trascendencia en las aspiraciones al título de Liga, al tratarse de un rival directo en la contienda, además de la fuerte rivalidad existente.

La dinámica del compromiso, sorprendente para un Barça que no esperaba irse al descanso con dos goles abajo en el marcador, obligó a Ronald Koeman a trabajar sobre la marcha introduciendo modificaciones para cambiar el panorama del partido en busca del resultado.

El llamado fue Araújo, que ocupó su plaza en el centro de la zaga. A pesar de no lucir bien en un principio con las escapadas de Vinicius, el uruguayo supo plantarse y convertirse en el líder de la última línea azulgrana. Sin embargo, debió retirarse cuando el neerlandés optó por enfocarse en empatar.

Araújo, mejor tras su lesión

Seguramente, Ronald Koeman ha tomado nota de lo hecho por el uruguayo en el Clásico, por lo que lo tendrá en cuenta para otros compromisos igualmente importantes, una vez que el charrúa ya parece estar nuevamente a tope después de la lesión en su tobillo que lo mantuvo de baja por varias fechas.

Asimismo, será necesario comenzar a hacer nuevos ajustes de cara a los próximos compromisos en los que el margen de error no está contemplado en caso de querer optar al título liguero. Por otra parte, para el duelo contra el Athletic por la final de la Copa del Rey, Koeman deberá plantear un partido perfecto.