El mundo del fútbol se ha mantenido en vilo después de que en las últimas horas se haya hecho oficial la creación de una Superliga Europea entre los doce clubes firmantes del acuerdo, con el FC Barcelona como uno de ellos. Sin embargo, la entidad azulgrana aún debe dar un paso más para integrarse al proyecto que podría revolucionar el balompié tal como es conocido hoy en día.

Antes de hacer pública su dimisión como presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, dejó claro que la Superliga era ya un hecho irreversible: “La junta de la entidad aprobó ayer los requerimientos necesarios para participar en esta competición, que supondría una revolución en el formato de las competiciones internacionales”.

No obstante, indicó que será preciso que el asunto llegue a otras instancias para que el equipo azulgrana pueda disputar el torneo de manera oficial, una vez que ha sometido la moción “a disposición de la nueva junta entrante”. A su juicio, el torneo “garantizará la sostenibilidad económica del club”.

Bartomeu anunció un nuevo modelo financiero

Antes de separarse del cargo, el ahora ex presidente precisó que el flujo de recursos de la institución sufrirá cambios sustanciales con la entrada en la Superliga Europea, que para entonces estaba prevista para 2022: “Cambiará, de manera extraordinaria, las perspectivas de ingresos del club para los próximos año”.

En un contexto crítico para los clubes en Europa, Bartomeu se sumó a la iniciativa de quienes ven el cambio de modelo como algo necesario: “La Superliga europea de clubes garantizará la sostenibilidad económica del club y que continúe siendo de los socios; nunca una sociedad deportiva, nunca”.