El Barcelona retrocede hasta en estadísticas, literalmente

El Granada se comienza a convertir en un peaje para el Barcelona, siempre puesto en el momento más complicado de los culés en las últimas temporadas para arrebatar ligas, sentenciar moribundos y agregar clavos a la urna de muchos personajes del equipo según sea el escenario de cada uno.

Esta vez, mostró un Barcelona alejado más que nunca de su estilo, identidad y exigencia, con muchos detalles que hacen que el aficionado esté disconforme con mucha razón, que los directivos estén más tensos de lo que la actualidad amerita y el entrenador, hundido como nunca en su puesto.

Más de 50 centros en una cifra que no solo dilapida aquel juego de toque que caracterizó al club los últimos años, sino que además es un dato que no se veía desde hace cinco años cuando Luis Enrique estaba en el banquillo. En aquel momento, Suárez y Messi no estaban en el terreno para vestirse de azulgrana.

Pero sí estaban para el siguiente encuentro, porque fue casual su ausencia. Ahora no están para el próximo partido y tampoco en ningún momento de la temporada, por lo que tal como en su momento dijo Piqué, “esto es lo que hay”, sin más espacios para inventar a menos que lleguen los jugadores lesionados.

¿Se puede hacer más?

Koeman deja la duda con la convocatoria que tiene al indicar que no hay mayor cosa por hacer, que lo inventado no se cambia y que no alcanza para otros esquemas. Son palabras pésimas pero también reales, porque lo que van mostrando los jugadores no brinda para el optimismo y tampoco para ilusión.

Pero lo que sí es cierto es que tal vez, el momento no fue el mejor, que en el vestuario era mejor hacer la crítica antes y no tomar por sorpresa a los chicos y los propios directivos, que ahora reciben cada palabra del holandés como un ataque y quieren plantar la batalla lo más de frente que sea posible.