Después del fracaso de la pasada temporada, en la que no se ganó ningún título y que finalizó con uno de los ridículos más humillantes de la historia del FC Barcelona tras perder 2-8 en cuartos de final de la Champions League, el club llevará a cabo una revolución que la primera plantilla 'pedía' a gritos. Además de altas y bajas de jugadores, el banquillo también tendrá una reestructuración completa.

Con Quique Setién cesado desde el pasado lunes, Ronald Koeman ya ha sido confirmado por Josep Maria Bartomeu como nuevo entrenador del FC Barcelona. El técnico holandés es considerado ideal para la revolución que se plantea, ya que es un entrenador con las ideas de juego muy claras, de gran carácter y, sobre todo, con el respeto ganado en el club tanto por lo que hizo como jugador como por su posterior experiencia como técnico.

Pero naturalmente, Ronald Koeman no llegará solo, sino acompañado de un equipo de profesionales que deben facilitarle el trabajo en el Camp Nou. Como hemos informado en 'FCBN', uno de sus ayudantes será Alfred Schreuder, que recientemente dirigió al Hoffenheim y que ya fue el segundo de Erik ten Hag en el formidable Ajax de la pasada temporada. Otro de sus ayudantes será un viejo conocido de la afición del FC Barcelona: Henrik Larsson.

El que fuera jugador del FC Barcelona entre los años 2004 y 2006, en los que conquistó dos ligas y una Champions League, es una petición expresa de Ronald Koeman. El holandés quiere tener a Henrik Larsson en su equipo y su rol será el de tercer entrenador aunque, según las informaciones publicadas por 'As', su rol más específico podría estar enfocado en el trabajo de los delanteros y, en especial, de jóvenes como Ansu Fati o Francisco Trincao.

Henrik Larsson como jugador

En 2004, llegó al FC Barcelona Henrik Larsson, un experimentado delantero que había acabado contrato con el Celtic de Glasgow y que se disponía a emprender una nueva aventura en ese equipo dirigido por Frank Rikjaard en el que ya jugaba Ronaldinho. Tras la llegada de Samuel Eto'o, el sueco se convirtió en un complemento para la delantera y, en apenas dos años vistiendo de azulgrana, se ganó el corazón de los barcelonistas.

Henrik Larsson fue el mejor ejemplo de profesionalidad: sabía que estaba por detrás de Eto'o o Ronaldinho en la delantera, pero siempre asumió el rol secundario con humildad, sin quejarse y rindiendo a un gran nivel cuando jugó. Acabó jugando 58 partidos y anotando 19 goles, aunque es especialmente recordado por dar las dos asistencias de gol en la final de la Champions League de París -saliendo desde el banquillo- contra el Arsenal. Todo ello hizo que se ganase el cariño del barcelonismo.