Para nadie es un secreto que el mediocampista neerlandés Frenkie de Jong fue uno de los jugadores más importantes en el esquema del entrenador del FC Barcelona, Ronald Koeman, durante la pasada temporada. Fue junto a Pedri uno de los efectivos que prácticamente lo jugó todo. En el actual curso goza de la misma confianza por parte del técnico, pero sus últimas actuaciones ya preocupan, sobre todo, con miras al Clásico ante el Real Madrid, el cual se disputará este domingo en el Camp Nou a las 16:15 (hora de España).  

La presión para De Jong ha subido con la irrupción de Gavi y su buen rendimiento con el sistema táctico del Barcelona más utilizado (4-3-3), tal y como se vio en los recientes partidos de la selección española correspondientes a la UEFA Nations League. Gavi y Busquets han ofrecido un gran nivel y en el Barça esperan que, mientras Pedri aún se recupera de sus molestias físicas, De Jong pueda mejorar su fútbol jugando como interior. Sin embargo, sigue hundiéndose de a poco en el ostracismo.  

Eu ejemplo de su bajón es el partido que ejecutó el miércoles ante el Dynamo de Kyev (0-1) por la UEFA Champions League. Ese día, acompañado de Gavi por la izquierda y Sergio, por el centro, Frenkie sufrió mucho porque el equipo ucraniano jugó muy reculado con la defensa -Kedziora, Zabarnyi, Syrota y Mykolenko- pegada al centro del campo. Y se destaca la actuación de Sydorchuk, Shaparenko, Tsygankov, Buyalskiy y De Pena, eliminando los espacios.  

Los registros para el olvido 

El resultado: el mediocampista azulgrana internacional con los Países Bajos solo pudo intervenir apenas 22 veces en 45 minutos, con un porcentaje del 63% de pases hacia atrás. Posteriormente, pese a que Koeman movió piezas y cambió el dibujo, la situación cambió parcialmente, pero el futbolista tampoco fue capaz de mostrar su mejor versión en cancha. Esta última situación es la que ha dejado de los pelos a la entidad catalana.  

Luego del cambio de disposición dictado por Koeman, De Jong se situó, con Sergio, en el mediocentro. Jugó más liberado, con el juego siempre de cara, sin apenas presión, doblando sus intervenciones respecto las de la primera parte, pero sin trascendencia en el juego del equipo. El resultado: cero llegadas, cero disparos al arco, cero pases de mérito, cero asistencias de gol. Si esta actuación se repite este domingo en el Camp Nou, de seguro los blaugranas sufrirán y mucho ante un Real Madrid que pese a todo es uno de los que lidera LaLiga.