Lionel Messi, el capitán blaugrana, debutó en un clásico, el 19 de noviembre de 2005 y desde entonces, ha participado en 43 ocasiones en este evento, en cuatro competiciones distintas. Sus números son escandalosos: ha convertido 26 dianas, repartido 14 asistencias y ganado 19 encuentros; unas estadísticas que lo convierten en un fuera de serie.

El primer encuentro del argentino ante el Real Madrid es uno de los clásicos más recordados y no precisamente por su intervención. El conjunto dirigido por Frank Rijkaard se impuso por 0-3, en el Santiago Bernabéu con un recital de Ronaldinho. El brasileño anotó dos goles y realizó una exhibición que arrancó los aplausos hasta de la afición local, en uno de los momentos para la historia del fútbol.

El momento de Lionel Messi llegaría poco después, en su primer Clásico en el Camp Nou. La 'Pulga' se estrenó como goleador en un encuentro ante el Real Madrid con un hat-trick para poner el empate a 3 en el marcador. Fabio Capello, el técnico madridista, ya habló sobre el rosarino, meses antes del partido: “Nunca he visto un jugador con tanta calidad por la edad que tiene. Con personalidad, velocidad. Lo tiene todo. Me ha encantado”.

Este fue el comienzo del mejor jugador del mundo en los Clásicos; parecía que no podía ir a mejor, pero, como siempre, nos sorprendió. Fue con la llegada de Pep Guardiola que vivió sus mejores momentos en los Barça-Madrid. El míster de Santpedor consiguió encadenar hasta cinco victorias consecutivas, entre las cuales se encuentran, el inolvidable 2-6 o la manita en el Camp Nou.

Desde luego, es evidente que ninguno de los dos equipos llega al partido en su mejor estado de forma. El rendimiento de ambos equipos no ha sido el esperado, aunque parece que los catalanes llegan un peldaño por encima. La historia nos demuestra que prever un resultado, teniendo en cuenta el rendimiento de los equipos antes del partido, no tiene ningún sentido.

Pichichi histórico de los clásicos

Por si todo esto no había sido suficiente, Lionel Messi también ostenta el récord de máximo anotador histórico de los clásicos con 26 tantos en 43 encuentros. Le arrebató la primera plaza de este ránking a Alfredo Di Stefano, en el 2013, con 18 tatos y lo superaría un año después, anotando tres tantos en un partido totalmente loco que terminaría 3-4.