"Es lo que hay", esa fue la frase del veterano defensor del FC Barcelona Gerard Piqué tras el nuevo naufragio del cuadro culé ante el Bayern Múnich (0-3) en el primer compromiso de la fase de grupos de la actual edición de la UEFA Champions League. Con esas palabras el capitán de la entidad catalana ha querido graficar la situación que atraviesa ahora mismo el Barça, conjunto que volvió a llevarse un duro palo pasada semana en la misma competición ante el Benfica (3-0) y el sábado tampoco pudo ante el Atlético de Madrid (2-0) en el Wanda Metropolitano en el campeonato doméstico.   

La situación, como era de esperarse, dejó en el alambre al entrenador neerlandés del cuadro culé, Ronald Koeman. De hecho, se especuló que el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, tomaría la decisión más radical de todas una vez cumplida la última jornada de LaLiga Santander. Sin embargo, el técnico continúa y el propio mandamás de los azulgranas lo confirmó. El jerarca de la institución ofreció declaraciones cuando se dirigía al restaurante, para la comida de directivas con sus homólogos del equipo 'colchonero'. En ellas ha dejado claro que Koeman seguirá entrenando al Barça “pase lo que pase” en el compromiso contra los rojiblancos. Y, así fue.  

De acuerdo a la información avanzada por el diario Sport, Laporta explicó por WhatsApp a su junta que seguía Koeman, luego de sostener una larga conversación con este último tras el naufragio ante el Benfica. Según el mencionado medio de comunicación, la charla fue en buenos términos y ambos expusieron sus puntos de vista en relación con la actualidad aciaga del equipo.  

El mensaje de Laporta 

En concreto, en ese texto que se les envió a los directivos, se anunciaba que Laporta hablaría en Madrid para los medios de comunicación antes de la comida de directivas y diría que "el entrenador merece un margen de confianza", argumentando que "Koeman quiere al Barça y es una figura indiscutible del barcelonismo". 

Laporta, además, destacaba en su WhatsApp, que Ronald "asumió la responsabilidad de dirigir al equipo en un momento de máxima dificultad deportiva e institucional". La intención con la serie de mensajes era una sola: evitar especulaciones y que sus directivos no se enteraran por la televisión de la decisión tomada, de momento, con el entrenador.