El alcalde de la ciudad de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, es devoto aficionado del Atlético de Madrid. Eso no es noticia, ya que incluso antes de ser el responsable del consorcio de la capital ya era un declarado seguidor del equipo colchonero. De hecho, a pesar de ser elegido como alcalde, siguió acudiendo a su localidad de abonado y no al palco presidencial.

El político del Partido Popular no ha tardado en hacer pública su opinión sobre la muy probable llegada de Luis Suárez al club rojiblanco. Durante las últimas horas hemos podido comprobar que el 'Pistolero' es el favorito de la afición del Atleti y así lo ha confirmado Martínez-Almeida: "Los atléticos estamos muy contentos. Creo que es un buen fichaje el que hemos hecho", ha declarado reconociéndolo ya como propio.

A pesar de que la operación todavía no ha sido declarada como oficial, el alcalde no duda que el charrúa será el último refuerzo del equipo del Wanda Metropolitano. No terminaron ahí sus palabras sobre el sonado traspaso, sino que aprovechó para lanzar un recado al Real Madrid: “Al Real Madrid no le vendría mal tampoco eh… que después del 0-0 de Anoeta. No sé si Jovic está funcionando muy bien…”.

A pesar de la broma que gastó el alcalde en los micrófonos de 'La linterna de la Cadena Cope', Martínez-Almeida es un buen aficionado. A menudo habla sobre la actualidad del club colchonero y sobre su bonita historia de amor con el equipo de sus sueños. Al parecer, su madre fue la persona que le inculcó el sentimiento rojiblanco. De hecho, llegó a ofrecerse como posible presidente del Atleti.

La situación del fichaje de Luis Suárez al Atlético

La verdad es que el delantero uruguayo parecía estar más cerca del Atlético de Madrid ayer que hoy. Tras llegar a un acuerdo con el jugador uruguayo y la rescisión de su contrato por parte del club blaugrana, condición sine qua non para que se produjera el fichaje, daba la impresión de que tan solo hacía falta hacerlo oficial para que Suárez pudiera jugar a las órdenes del Cholo.

No obstante, Josep Maria Bartomeu decidió echarse atrás y no permitir que su delantero estrella dejase el club sin sacar tajada económica de ello. No fue ese el acuerdo al que llego con el futbolista, pero al no quedar por escrito en ningún sitio, al presidente le dio tiempo de cambiar de opinión.

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