Inglaterra y Wembley reviven a los Hooligans, la violencia y el racismo

Italia es campeona de Europa y eso, ha dejado consecuencias. La primera, la tristeza de los ingleses que a pesar de haber jugado varios partidos como local, no pudo dar el paso definitivo y mantener la ventaja que les dio el gol tempranero de Luke Shaw en los primeros compases del encuentro.

Pero la segunda, la peor de todas, lo que sucedió fuera del campo. Una gran cantidad de aficionados ingleses rememoraron años pésimos del fútbol inglés al encarnar el espíritu “Hooligan” que tanto esfuerzo costó eliminar de los campos, entre patadas, golpes e insultos contra hinchas italianos.

Mundo Deportivo cita 19 policías heridos y 49 personas detenidas en los eventos desafortunados que se suscitaron en las afueras de Wembley, el capítulo final de una novela que comenzó incluso antes del partido, con un gran despliegue de seguridad enfrentado a muchos aficionados empujando para entrar, incluso sin pagar.

La violencia no se quedó allí, porque si con el gol de Shaw los ingleses explotaron de júbilo con el empate de Bonucci todo se vino abajo, para luego Donnarumma desinflar por completo a los locales y despertar el espíritu vikingo que estaba dormido desde hace mucho, generando el fervor negativo del aficionado.

Insultos racistas en contra de Sancho, Baka y Sterling, ingleses que fallaron el penal; amedrentamiento ante los italianos y finalmente, una gran cantidad de golpes, patadas y zancadillas en contra de quienes salían con la felicidad de una copa y la minoría de un estadio imponente.

Federación en pie de cañón

La federación inglesa respondió a las críticas racistas de sus propios aficionados indicando que estarán de su lado pase lo que pase, además de rechazar tal señalamiento, condenando por completo tanto estos insultos sin sentido como la propia violencia generada por parte de los “Hooligans”.