El pasado domingo a las 21:00 horas de la noche, el FC Barcelona saltaba al césped del Benito Villamarín con la presión de saber que el Real Madrid había ganado contra Osasuna y, consecuentemente, de no poder fallar contra un rival tan duro como el Real Betis. Como era de esperar, el partido fue intenso y los culés tuvieron que remar desde el primer instante para sacarlo adelante.

De hecho, el equipo andaluz se adelantó en el marcador tras un penalti cometido por Clément Lenglet, revisado por el VAR y ejecutado por Canales. Afortunadamente, Leo Messi apareció, sacó su talento a pasear y dio una asistencia medida para que Frenkie de Jong pusiera las tablas en el marcador entrando desde la segunda línea para romper el orden defensivo bético.

No obstante, los verdiblancos se aprovechaban en todo momento del talento de Nabil Fekir y, tras una pérdida de balón de Arturo Vidal en el centro del campo, el atacante francés puso el 2-1. Antes del descanso, nuevamente el guante de Messi hizo acto de presencia para colgar una falta que fue aprovechada por Sergio Busquets para poner el empate justo a pocos segundos del pitido del árbitro.

El Barça sabía que no sería sencillo sacar los tres puntos y, en un momento así, volvió a aparecer Leo Messi con una arenga de capitán antes de que empezara el segundo tiempo. Las cámaras captaron el momento previo a volver a saltar al césped, con los futbolistas en el túnel de vestuario y el astro argentino animando a sus compañeros para tratar de buscar el gol de la victoria.

Messi apareció entre sus compañeros exclamando: "¡Dale eh, dale, vamos a meter nosotros ahora!". A lo que Busquets le apoyó: "Eso es, eso es. Contundentes... la vamos a tener seguro". El '10' culé acabó recordando el buen partido de San Mamés en una arenga final: "Vamos, juntitos como el otro día... vamos juntitos... Vamos como el otro día, eso nos va a hace más fuertes".

El gol llegó... con otra asistencia de Messi

Finalmente, la arenga de Messi y Busquets se cumplió y el FC Barcelona pudo marcar un tercer gol para llevarse el partido. Precisamente fue el argentino el que volvió a inventarse una asistencia medida a la cabeza de Lenglet tras un servicio de falta que acabó con el gol del central francés, estableciendo el 2-3 definitivo en el marcador.