Este lunes pudimos ver una versión más implicada y visceral de Leo Messi con Argentina, cosa que se ha celebrado en la prensa de su país y que combate directamente el sobrenombre de 'pechofrío' que más de uno atribuye al '10'. Leo Messi luchó por cada balón, intentó regatear incluso desde el suelo y, tras ser derribado por sus adversarios con faltas claras, no se achantó y se encaró cuando hizo falta.

Quien más intentó desestabilizarle fue el delantero del Paris Saint-Germain, Edinson Cavani, que fue 'picándole' durante el juego. Se desconoce qué le dijo exactamente, pero es probable que sus palabras fueran en la misma línea que las de su compañero en París, Thiago Silva, quien hace pocos días criticó públicamente a Messi y le acusó de provocar faltas y condicionar a los árbitros.

Thiago Silva y Cavani, recordemos, estuvieron presentes en la famosa debacle del PSG en el Camp Nou (6-1) que significó un ridículo histórico para la entidad francesa, y la mayor remontada cosechada hasta ahora en Champions League. De ahí que al uruguayo no le guste cruzarse con el argentino, y que haga lo posible por tocarle la moral e intentar sacarle de los partidos.

Algunas fuentes señalan que, en el momento más tenso del rifirrafe entre ambos, Cavani invitó a pelear a Messi. "Cuando quieras", fue la inmediata respuesta del astro del FC Barcelona, a quien no le importa bajar cada vez con más frecuencia al barro si con ello beneficia a su equipo.

Messi no se anda con rodeos en Argentina

La contestación de Messi, tajante y sin titubeos, es una prueba irrefutable de su carácter 'caliente', así como de las ganas que tiene de encadenar victorias con la selección de Argentina. La actitud de 'La Pulga' es motivo de celebración, y en su país empieza a haber consenso, al fin, de que la albiceleste tiene a un líder dispuesto a guiar al combinado nacional hacia lo más alto.

Atrás quedan las derrotas en las finales de Copa América y del Mundial de 2014. Puede que a Messi no le queden demasiados torneos internacionales por disputar, pero a sus 32 años no ha perdido todavía la ambición de conquistar algún título con Argentina. Lo luchará hasta el final, que nadie lo dude.