Apenas ocho minutos después de que diera comienzo el choque entre Cádiz y FC Barcelona en el Carranza, los garitanos se adelantaron en el marcador a través de una de sus grandes armas: el juego a balón parado. A la salida de un córner aislado, un jugador del Cádiz peinó en el primer palo y Mingueza, que intentó despejar, regaló a los locales un remate hacia la propia portería de Ter Stegen.

El guardameta alemán bastante hizo con intentar desviar el esférico, pero en el segundo palo esperaba Álvaro Giménez para empujar el rechace al fondo de las mallas, provocando el desequilibrio en el electrónico. Mingueza y otros compañeros culés protestaron una falta previa en un forcejeo entre un delantero local y el propio Mingueza, aunque la repetición dejó claro que la jugada era más que discutible. Hubo forcejeo, sí, pero complicado determinar si fue punible.

La cuestión es que, por cuarto partido consecutivo en LaLiga, el Barça empezó perdiendo fuera de casa tras lo ocurrido ante Getafe, Alavés y Atlético. La diana en contra supone romper una racha de imbatibilidad que duraba tres partidos para el FC Barcelona, teniendo en cuenta que el conjunto culé no encajaba goles desde el minuto del partido ante el Atlético.

Tampoco vio batida su portería ante el Dinamo en Kiev ni ante Osasuna en el Camp Nou, ni frente al Ferencvaros en Budapest. En total, 315 minutos que se repartieron Neto y Ter Stegen, y que ahora el meta alemán ha visto cómo se han detenido.

El Barça necesita más concentración

Los propios analistas de la prensa culé reconocieron que no hubo falta sobre Mingueza, más allá de que la jugada haya levantado polémica en las redes sociales. "Para mí es un forcejeo, como hay muchos en las áreas en las jugadas a balón parado. Yo no veo falta en la acción sobre Mingueza que protesta el Barça", aseguró Barrenecha Montero en declaraciones concedidas a 'MD'.

Sea por mala suerte o por falta de concentración en momentos clave de los partidos, al Barcelona le está costando horrores ganar partidos fuera de casa en esta Liga Santander 2020-21. Y una cosa está clara: no puede permitirse más pinchazos si quiere luchar por el campeonato.