La campaña pasada el físico del Barcelona era un auténtico desastre y a estas alturas de la temporada se les vio casi arrastrándose en el campo, con un cansancio y pesar físico más que evidente, algo que se pudo comprobar ante el Bayern de Múnich con el fatídico 8-2 de Champions League.

Esta campaña las cosas han cambiado muchísimo y en pleno mes de mayo se ve al equipo mucho más entero que en los últimos años, aunque ahora es paradójica la situación porque lo que parece faltar es fútbol, con actuaciones que en muchas ocasiones distan de lo que el Barcelona está acostumbrado a mostrarnos.

De Jong y Messi superan los 4000 minutos en sus piernas, mientras que Jordi Alba y Griezmann ya están muy cerca de esa misma cifra. Esta vez, lo que está pesando mucho en los jugadores es la cantidad de juegos que han tenido y la exigencia de los mismos, con un campeonato de Liga muy exigente en comparación a los últimos años.

Savic en el Atlético de Madrid tiene 3564 minutos y en el Real Madrid es Casemiro el que más ha jugado con 3692, equipos que siguen peleando en LaLiga y casos como el de los merengues, que estuvieron en semis de Champions y tenían que dosificar. En el Barcelona la dependencia de los pilares sigue siendo evidente.

La Copa del Rey equilibra la cantidad de partidos del Barcelona en comparación a sus rivales y tras el título en la final ante el Athletic Club de Bilbao, jugó todos los partidos posibles y superan los 50 este curso, con los cuatro jugadores mencionados entre los más exigidos de la temporada y presentes en cada partido.

Buen tono, pero…

Si es cierto que se ha visto un Barcelona más fuerte y con mayor aguante, como en las remontadas y tiempos extras que han jugado esta campaña, pero poco a poco se ve a jugadores como Messi o Pedri con menos sprints, al igual que Jordi Alba, que ya elige mucho más las ocasiones para subir al ataque.