Antoine Griezmann es otro con Francia, porque hace goles, lidera, asiste y es un verdadero tren dentro del campo, parece otro. Sus convocatorias a la selección siempre son un bálsamo porque incluso en un partido gris termina viéndose bien, sin olvidar que Deschamps siempre cuenta con èl y le mima hasta más no poder.

Y no es casualidad, de hecho es más que entendible su cambio de chip con la selección francesa en comparación con el Barcelona. Cuando le toca representar a su país tiene una libertad abismal, está en toda la zona de ataque y termina siendo la caseta de control para el transporte de la pelota.

En el Barcelona, el sacrificio es mayor y el balón tiene un único dueño: Messi. Tal vez por jerarquía y merecimiento, pero la verdad es que hay muchas limitaciones entre un equipo y otro. Con el momento que vive en el club, el mejor desde el que llegó, y lo que acaba de mostrar en esta jornada con Francia, las sensaciones son buenas para el francés de cara a las próximas semanas.

Griezmann estará en un momento clave de la temporada con el clásico a pocos días y la final de Copa del Rey en la mira, será importante contar con efectivos a tope de cara al arco rival, porque sigue sin delanteros claros el equipo y todos han tenido que contribuir en este tema durante la campaña.

Koeman encontró una vía para potenciarlo y es jugar con tres centrales, dándole más galones con Messi a un lado y rotaciones constantes entre la punta de ataque y la zona de creación, en la que se puede desenvolver mejor. Pero ese placer de ser extremo, lo sigue extrañando y las bandas en el Barcelona están apartadas para Dest y Alba, de momento.

Mercado

De no lograr dar un golpe en la mesa, Griezmann tendrá que buscar opciones y respuestas, ya que los planes del Barcelona para rearmar el club pasan por hacerse con diversos futbolistas que pueden llegar a coste cero, pero operaciones como Haaland, necesitarán dinero y mucho, el que pueden sacar de una ficha como la de Antoine.