Riqui Puig es de los valores más grandes que existe entre los jugadores del Barcelona actualmente, hablando de canteranos recién subidos. Más allá de lo que puede aportar Ansu Fati y la temporada de Mingueza y Araújo, el mediocampista siempre está contento, dispuesto a ayudar y este año quiso quedarse pese a que Koeman le mostró la salida públicamente.

Algo de minutos tuvo a lo largo de la temporada pero ni son suficientes, ni ha demostrado todo lo que tiene. No se sabe su máximo potencial, pero ver partidos tan buenos y después otros tan grises, demuestra que el jugador está en una fase importante de maduración en el fútbol y lo que necesita es regularidad, de ahí en adelante, se verá.

Con Koeman no la tendrá y hasta cierto punto, es comprensible, porque es evidente que lo que ofrecen De Jong y Busquets está a un nivel superlativo, mientras que Pedri se apoderó de un sitio a golpe de talento y magia, algo que Puig no tiene. Pero donde se oriente bien su crecimiento, sí que podría obligar a que el mediocampo de cuatro jugadores regrese.

Ya Laporta le abrazó y avaló durante sus primeros días de gestión, haciendo énfasis en su alegría y en que con algo de confianza, le llegaría el momento de triunfar. Pudo saborearlo un poco cuando le permitió ser héroe desde el punto el penal, o al menos definitivo. Ahora que sabe las pocas opciones que tiene con el holandés, solo le queda esperar que venga un técnico distinto o incluso, aceptar la cesión recomendada.

En caso de querer salir un año no le faltarán propuestas, ya llegaron muchas tras las palabras de Koeman y ahora no sería distinto para el joven español, por lo que esa vía no se descarta y además le daría la oportunidad de estar una temporada entera conociendo sus propias capacidades y hasta mejorar.

Cesiones con malos recuerdos

Los jugadores del Barcelona que han salido a buscar minutos siempre terminan siendo importantes pero no en casa, sino en otros clubes, ya que cuando deben regresar no tienen el mejor rendimiento y recientemente lo demostraron Deloufeu o Denis Suárez. Riqui podría ser la clave para romper esa mala racha.