Memphis Depay disputó este lunes su primer compromiso desde que se ha hecho oficial su fichaje por el FC Barcelona. Y, pese a un nervioso arranque de partido en el que perdió varios balones ante Macedonia, luego se convirtió en el mejor del duelo. Marcó el primer tanto para su selección de Holanda en un contraataque, le regaló el segundo a Wijnaldum de preciso pase de la muerte e hizo el primer remate en la jugada del tercer tanto.

En 60 minutos, el delantero demostró todas las virtudes que le gustan a Ronald Koeman. En el extremo izquierdo tiene la capacidad de desbordar por dentro y por fuera, en el centro llega al remate en el momento justo. Sin balón lo presiona todo, con esférico busca abrir espacio construyendo paredes, lo que puede hacer muy feliz a Lionel Messi.

Energía y movilidad son las máximas virtudes con las que cuenta Memphis. Se ofrece de manera constante, se desmarca pidiéndola con la palma de las manos abiertas hacia abajo para hacer visible que la quiere, lanza diagonales mortales a la espalda de los defensas y, actualmente, cuenta con un gran autoestima, clave para un delantero.

Lejos ha quedado ese Memphis que no pudo triunfar en el Manchester United. El liderazgo que mostró en el Olympique de Lyon le ha ido muy bien. Tocó fondo y, él sólo, ha salido del pozo futbolístico para estar nuevamente en la élite. Fue por tanto que el técnico del Barça solicitó su contratación en agosto de 2020, pues le conoce bien.

Operación redonda

Entonces su contratación no pudo realizarse. En enero, con el jugador dispuesto a recalar en el Camp Nou, ni el Barça tenía dinero ni Aulas le dejó salir. Pero, por fortuna, las cosas han cambiado. Ahora sí, aterriza en Barcelona, sin necesidad de pagar traspaso. Todo apunta a que la espera valdrá la pena, en la que significa una operación redonda para todos de cara a la próxima campaña.