Desde que Neymar aterrizó en Europa se comenzó a ver a un jugador bastante pintoresco entre cortes de cabello, colores en el mismo y también su festivo espíritu, algo que comparten los brasileños y que siempre ha puesto el tono de ánimo en todos los vestuarios que comparten, sea cual sea la situación.

Una vez asentado en el fútbol de élite, con un estatus elevado y sueldo acorde a este estatus, el brasileño comenzó a mostrar que también sus gustos y gastos van por una línea muy particular. Fiestas, viajes, celebraciones donde sea que estuviese, un sinfín de detalles que va dejando desde que firmó su primer gran contrato.

Pero desde que se convirtió en jugador del PSG las cosas han tomado alturas mucho más elevadas dentro de un termómetro al que pocos pueden acceder, probablemente solo Cristiano, Messi, Mayweather y algún otro deportista de sueldo y estatus astronómico, una lista que muy pocos han tenido el placer de integrar.

Tras el encuentro de Ligue 1 en el que debutó Messi y se salió Mbappé con dos goles, Neymar volvió a jugar y quiso celebrar la victoria al final del partido, en la tranquilidad de su casa y con París de fondo en su ventana. Esta “fiesta” se llevó a cabo con un detalle bastante significativo en el que volvió a mostrar su estilo de vida.

Vega-Sicilia único reserva especial se leía sobre su mesa en una de las botellas de vino más exquisitas que existe, acompañada de una copa servida, su mano izquierda y el mensaje de “Boa Noite”, dejando en claro que para celebrar 3 puntos que no debían ser complicados, puede tomar una botella de 435 euros.

Sueldo permisivo

Un ingreso de 40 millones al año sacaron a Neymar del Barcelona con el objetivo de ser el mejor del mundo, pero ni ha ganado Champions siendo estrella ni ha podido sacarse la espina con el balón de oro al menos una vez. Lo que sí ha podido es mostrar que puede comprar la felicidad que el dinero permita, incluso cuando sea fuera de lo futbolístico.