Poco a poco, desde que llegó al FC Barcelona, Arthur se ha ido convirtiendo en uno de los sellos de identidad del equipo de Ernesto Valverde. El brasileño tiene un perfil de juego similar al de leyendas como Xavi Hernández o Andrés Iniesta y, de hecho, eso fue lo que le valió su llegada al Camp Nou. A día de hoy, su influencia en los partidos sigue en crecimiento.

Por eso ha sorprendido mucho lo que ha sucedido en las últimas semanas, quedándose fuera de la lista de convocados en hasta dos ocasiones. La primera, contra el Real Valladolid, parecía una simple rotación por descanso pero, su ausencia contra el Slavia Praga, dio a entender que tal vez exista un problema desconocido en la actitud o la forma de actuar de Arthur.

Sin problemas físicos de por medio, sus ausencias deben entenderse por problemas extradeportivos ya que, por rendimiento, hay pocos motivos para dejarle fuera. Por ello, se llegó a poner en duda su participación en el partido de LaLiga contra el Celta de Vigo, aunque finalmente sí entró en la lista de Valverde e incluso volvió a la titularidad al lado de Sergi Roberto y de Frenkie de Jong.

El brasileño volvió al equipo mostrando nuevamente un nivel de juego interesante. Esta vez, Arthur incluso se desmelenó en ataque y empleó un juego más vertical, algo que le sirvió para provocar la falta del segundo gol de Leo Messi tras una jugada individual. Nuevamente, volvió a demostrar que este Barça cada vez se entiende menos sin su creatividad.

Paso al frente de Arthur

Arthur llegó de Brasil como un mediocentro posicional, pero en el Camp Nou le tenían reservado el rol de interior, que requiere también que el centrocampista se incorpore al ataque. En su primer año, Arthur se limitó a ser un jugador de apoyo para la salida del balón desde zona defensiva, pero está experimentando una evolución muy interesante.

Se le pedía un paso adelante y lo está dando. Ahora, el brasileño ya no es solo una ayuda para la circulación del balón en el centro del campo, sino también un futbolista que empieza a ser determinante en ataque ganando verticalidad y participando directamente en los goles del equipo. Este paso al frente se ha visto recompensado con el hecho de ser un jugador cada vez más importante.