Laporta tiene claro lo que hay que hacer con la plantilla: vender. Y para dar marcha a su plan principal parece tener en la mira a dos jugadores que fichó Josep María Bartomeu en su momento, que si bien no sería ninguna venganza, vale acotar que muchos otros pudiesen ser una venta más necesaria para el equipo.

Lo cierto es que con las necesidades del club y también la de los otros equipos, el Barcelona confecciona un plan de venta con Laporta y Alemany en primera línea, dando los últimos toques que necesita la plantilla de cara a la nueva temporada y esperando lograr nuevos fichajes que le permitan reforzar de la mejor manera.

El primero es Martin Braithwaite, que llegó por urgencias al club en medio de una lesión de Luis Suárez y la obligación de solo fichar dentro de LaLiga. El Leganés aceptó a regañadientes la compra de su mejor jugador y el danés terminó contando con muy pocos minutos, algo que parece que no cambiará.

Koeman no cuenta con él y ahora que llegó Agüero, parece que menos habrá espacio en el banquillo para que el delantero sea al menos convocado. Depay, Ansu Fati y Griezmann terminan de cortar las posibilidades y parece que la Premier League sería el lugar indicado para su nuevo destino.

Por otra parte aparece Trincao, que tenía casi segura la salida a préstamo para seguir creciendo y ahora, tiene la posibilidad de negociar su salida total del Barcelona. Una de las opciones que tiene el club es un intercambio con Adama Traoré según lo que se ha revelado en los últimos días, luego de una declaración del ex canterano.

Una operación redondeada a los 40 millones de euros no parece haber llegado a buen puerto y el Barcelona, que recibió 15 en la venta de Abel Ruiz al Sporting Braga en el mismo fichaje, no recibiría menos de 25 millones, una cifra complicada para un jugador que pese a su talento no ha mostrado mayor mejoría en comparación a lo que hacía en Portugal.

Deuda y masa salaria

Si bien esperar un año por Trincao con una cesión sería lo lógico, el club no está en la labor de darle largas a una deuda que podría superar los 1000 millones de euros para esta próxima temporada, lo mismo que tener en el banquillo a un jugador que no tendrá casi oportunidades con Koeman.