Lo de Nélson Semedo y el Wolverhampton puede oficializarse en las próximas horas, y el FC Barcelona ya se frota las manos con el dinero que cobrará por la operación. La venta del jugador portugués servirá para oxigenar las cuentas y desatascar el capítulo de fichajes, dado que gran parte de esa cantidad se reutilizaría en el fichaje de un nuevo lateral derecho joven y de gran proyección, como podría ser Sergiño Dest (19 años, Ajax).

Las negociaciones entre el club blaugrana y el equipo de la Premier League se han intensificado en las últimas horas, y el acuerdo verbal al que se habría llegado por ahora ha quedado establecido, según 'MD', en una cantidad fija que oscila entre los 32 y los 35 millones de euros, a los que hay que sumar una serie de variables que podría incrementar el total de la operación hasta los 40 millones de euros.

Una cifra sin lugar a dudas suculenta, que permitirá a Semedo recalar en una liga que siempre le ha atraído como es la Premier League, donde podría desempeñar mejor sus cualidades en un equipo, el Wolverhampton, que aspira a dar la sorpresa esta temporada 2020-21 y luchar por un puesto que dé acceso a la próxima UEFA Champions League.

El citado medio catalán señala que Semedo podría viajar esta misma noche hasta Inglaterra, a fin de pasar la correspondiente revisión médica antes de firmar el contrato que le vinculará a su nuevo club, donde se encontrará con un total de diez portugueses en la plantilla más el entrenador, Nuno Espirito Santo.

Una operación que desatascará otros fichajes

La cantidad que se ingresará por Semedo no sólo servirá para fichar a su futuro recambio en el lateral derecho, sino que podría ayudar también a desatascar otras dos operaciones que el Barça tiene en mente: las llegadas de Eric GarcíaMemphis Depay para reforzar la defensa y la delantera. Ayudará además el hecho de que el Barça se ahorre pagar sueldos altos como los de Arturo Vidal y Luis Suárez, también en la rampa de salida.

Pero volviendo a Nélson Semedo, lo cierto es que el jugador portugués ya sabía de antemano que era un jugador prescindible en los planes de Koeman y de la directiva culé, a pesar de que Bartomeu le declarase intransferible públicamente hace poco más de un mes. Todo dependía de la hipotética llegada de una buena oferta del extranjero, cosa que finalmente ha sucedido. El luso ya tiene pie y medio en el avión que le llevará a Inglaterra.